REPÚBLICA DOMINICANA NO HA APROVECHADO EL
POTENCIAL TURÍSTICO DE LAS PRIMICIAS HISTÓRICO-RELIGIOSAS QUE TUVIERON
LUGAR EN SUS SUELOS Y DE LA DIVERSIDAD DE LA RELIGIOSIDAD POPULAR
Ircania Vásquez
Santo Domingo
República Dominicana, cuna de la civilización
en América y poseedora de una gran diversidad cultural, es un destino
atractivo para el desarrollo del turismo religioso, que mueve a millones
de personas alrededor del mundo en busca de sanación, devoción o simple
curiosidad. Sin embargo, no existe una política gubernamental para
promover su desarrollo.
Monumentos como la Catedral Primada de
América, la Iglesia Santa Bárbara, el Convento de los Dominicos, la
Basílica de Nuestra Señora de La Altagracia, el Santo Cerro, el Cristo
de los Milagros y los santuarios de la Virgen de Schoenstatt y de la
Señorita Elupina Cordero, se unen a las creencias mágico-religiosas de
la herencia africana para formar una ruta de gran valor para la
explotación turística.
El atractivo de los centros religiosos
capta una cantidad impresionante de turistas en países como Francia,
Portugal, México, España y China, sin hablar del Vaticano, Jerusalén y
La Meca.
La Basílica de la Virgen de Guadalupe, en México, es el
santuario cristiano más visitado del mundo, recibe más de veinte
millones de visitantes por año, de los que cerca de nueve millones lo
hacen en los días cercanos al 12 de diciembre, Día de la Virgen de
Guadalupe. El santuario de la Virgen de Lourdes, en Francia, a la que se
le atribuye poder curativo, es visitado por alrededor de seis millones
de turistas por año, mientras que el de la Virgen del Rosario de Fátima,
en Portugal, es visitado por aproximadamente cuatro millones de
peregrinos.
En República Dominicana no existen estadísticas de la
cantidad de fieles que asisten a los centros religiosos, pero las
mayores peregrinaciones se hacen a la Basílica de Nuestra Señora de La
Altagracia, en Higüey, al santuario de la Virgen de Las Mercedes o Santo
Cerro, en La Vega, y al Cerro de San Francisco de Asís, en Bánica. A
pesar de que se trata de santuarios que rinden tributo a advocaciones
católicas reconocidas en todo el mundo, la mayoría de los visitantes son
dominicanos y en menor medida haitianos.
En el caso de la
Basílica de Higüey, el atractivo no solo es religioso sino
arquitectónico, por su singular diseño creado por los arquitectos
franceses André-Jacques Dunoyer de Segonzac y Pierre Dupré. Un valor
agregado es su cercanía al principal polo turístico del país, Punta
Cana.
El Santo Cerro acoge la Iglesia de la Virgen de La Merced o
de Las Mercedes, una de la advocaciones marianas más veneradas en
España, y allí vivió Tirso de Molina, una de las grandes figuras de las
letras españolas y destacado mercedario.
El Cerro de San Francisco
de Asís, en la comunidad de Bánica, provincia Independencia, es
visitado por los fieles en busca de la bendición de las aguas que caen
en forma de gotas dentro de una de las cuevas del cerro y del polvo
calizo que se desprende de sus paredes, al que se le atribuye un poder
sobrenatural.
El Día de San Francisco y de las fiestas patronales
en su honor es el 4 de octubre, pero desde finales de septiembre y
hasta mediados del mes siguiente esa localidad, y en especial el Cerro,
se llena de devotos que suben hasta la cueva para pedir, cumplir
promesas o venerar al santo.
Otros centros de gran interés para
el turismo religioso son la catedral de La Vega, la iglesia Santa
Bárbara, en la Ciudad Colonial, y el Santuario de San Martín de Porres,
en Baní, construido en piedra y adornado con pinturas y motivos
religiosos dedicados al santo peruano, que es muy visitado por sus
devotos en Semana Santa.
La directora de Educación y Formación del
Ministerio de Turismo, Iris Pérez, destacó que los santuarios son
visitados principalmente por dominicanos, residentes en el país y en el
extranjero y por los fieles católicos de Haití, quienes visitan el país
en las fechas específicas de adoración a los santos o vírgenes de su
devoción.
Los turistas extranjeros visitan principalmente la
Catedral Primada de América; el Convento de los Dominicos, orden
religiosa que se destacó por su lucha férrea en defensa de los indígenas
y de la que surgió el famoso sermón de Fray Antón de Montesinos, y la
iglesia de los jesuitas que alberga el Panteón Nacional.
El
Convento de los Dominicos tiene cinco capillas laterales, entre las que
se destaca la Capilla del Rosario, ejemplo único en América de solo tres
en el mundo de santuarios decorados con símbolos paganos con
representaciones cristianas. En la bóveda de la capilla están plasmados
cuatro planetas (Júpiter, Marte, Saturno y Mercurio) que representan a
los cuatro Evangelistas; un Sol en el centro, Jesucristo; los 12 signos
del zodíaco en representación de los doce apóstoles, y múltiples
estrellas que simbolizan a los santos y mártires.
Sincretismo religioso
El sociólogo Dagoberto Tejeda destaca que República Dominicana es uno de las países con mayor diversidad de expresiones religiosas que se han interrelacionado de manera muy singular.
Dice que la riqueza de
la espiritualidad dominicana estriba en la popularización del
catolicismo con la reinterpretación de las celebraciones
dogmáticas-religiosas como las de las vírgenes de Las Mercedes y La
Altagracia, en las que están presentes manifestaciones del folclor
popular en instrumentos y bailes.
“Una particularidad de la
espiritualidad dominicana es que en La Española se asentaron diferentes
grupos africanos, con culturas diferentes, lo que dio lugar a una
religiosidad popular muy particular, que es diferente a la
popularización del catolicismo”, explicó.
Expresiones como las
fiestas de palos, los servidores de misterios, la zarandunga y el gagá,
las fiestas patronales y los rituales de la Cofradía del Espíritu Santo,
en Villa Mella, que ha sido declarada “Patrimonio Cultural Inmaterial
de la Humanidad” por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), pueden ser de gran
atractivo turístico.
No obstante, el experto advirtió que no se
trata de crear un espectáculo religioso con fines turísticos, sino
preservar esas manifestaciones y que los turistas puedan ser testigo de
ellas.
“La llegada del Cristo de Los Milagros, en Bayaguana, es
una de la representaciones culturales más fascinantes que he visto, pero
solo recibe pequeñas delegaciones de Aruba, Curazao, Puerto Rico y
Haití, destacó el experto en cultura.
En esa ceremonia, realizada
el 28 de diciembre, las personas ofrecen toros al Cristo, que son
entregados a la iglesia por jinetes para ser vendidos el primer día de
enero, con el fin de financiar obras sociales, en una procesión que
concluye en la Iglesia. Después de la venta se hace una procesión con el
Cristo por todo el pueblo. “Lo impactante es observar el fervor de la
fe viviente de los fieles que reciben al Cristo con palos, banda de
música, “cánticos de toros” interpretados por poetas populares, flores y
fuegos artificiales”, manifestó.
El sociólogo asegura que incluso
los turistas no creyentes se sienten atraídos por esas ceremonias como
simples expresiones culturales.
En Monte Plata, también está la
iglesia de Boyá, que según considera Tejeda, es una de las más hermosas
del país y fue el último refugio indígena.
“Hay un sincretismo
entre las manifestaciones particulares de Haití, que se definen como
vudú, y la religiosidad popular dominicana que podría definirse de vudú
dominicano, pero menos dogmático, sostuvo el experto.
Señaló que
en lugar de proteger y promover esas manifestaciones culturales, en el
país existe una tendencia a negarlas y ocultarlas.
Ruta de la fe
El predicador católico salvadoreño Salvador Gómez promueve tours religiosos en República Dominicana, en lo que ha denominado Ruta de la Fe, que comienza en La Isabela, Puerto Plata, y atraviesa Santiago, La Vega Vieja, La Vega y Santo Domingo.
El religioso ha comparado el
país con la ciudad Belén, argumentando que en República Dominicana el
cuerpo de Cristo se hizo presente por primera vez en América.
En
La Isabela, donde se erigió la primera iglesia y se ofició la primera
misa del Nuevo Mundo, existe un misterio que suele impactar a los
turistas, la leyenda del guayacán. Se dice que en la década de 1950, se
limpió con un tractor el lugar donde está La Isabela y muchas de las
ruinas fueron lanzadas al mar.
Entonces, donde estaba el altar de
la iglesia se preservó un guayacán, cuyas raíces abarcan todo el espacio
donde se hizo la primera eucaristía, tiene más de 500 años y que se ha
convertido en una especie de santuario natural.
En la catedral
de La Vega, donde se bautizó el primer cristiano de América, los
turistas renuevan el bautismo, para luego visitar el Santo Cerro, de La
Vega, donde Cristóbal Colón levantó la primera cruz de devoción de
América. Allí se erige el Monumento a la Luz del Mundo, una cruz de unos
13 metros de altura, que se levanta sobre un montículo cercano a la
iglesia, cuya luz es visible en las noches desde grandes distancias del
Valle de La Vega Real.
Recientemente, el Ministerio de Turismo,
presentó formalmente la Ruta de la Fe, y realizó una inversión de
alrededor de 53 millones de pesos, que incluye la restauración del Museo
Sacro, frente a la Catedral, y el asfaltado de la carretera que conduce
al Santo Cerro.
Turismo religioso en Santo Domingo
El centro histórico de Santo Domingo alberga la primera catedral construida en el Nuevo Mundo y la única de estilo gótico que existe en América Latina.
El obispo metropolitano de Santo Domingo, Nicolás de Jesús
Cardenal López Rodríguez, señala que la ciudad La Isabela, Puerto
Plata, tiene una gran trascendencia histórico-religiosa, pues allí se
celebró la primera misa del continente. En La Vega el cacique Guarionex
se bautizó con toda su familia en 1496, el Día de San Mateo, siendo
estos los primeros bautizos de América.
El obispo refiere que en
1498, cuando los hermanos Colón fundan Santo Domingo, se estableció en
esta ciudad la primera sede militar, judicial, política, académica y por
supuesto religiosa del continente, la Catedral Primada de América Santa
María de la Encarnación, cuya construcción se inició en 1521 y se
terminó en 1541, como una réplica de las grandes catedrales europeas.
El
cardenal López Rodríguez, señala la diócesis de Santiago como primera
del Nuevo Mundo en honrar con su nombre a esa advocación del
catolicismo, es un lugar de gran interés para el turismo religioso.
El
obispo considera que República Dominicana no está aprovechando en la
justa medida su potencial para el turismo religioso y estimó que con los
trabajos de adecuación que se están realizando en la Zona Colonial se
fortalecerá ese tipo de turismo en Santo Domingo.
Refirió que la
iglesia Santa Bárbara, que fue la segunda parroquia de la ciudad y donde
fue bautizado el Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, ha estado
abandonada por mucho tiempo y necesita ser restaurada.
El prelado
destacó que se han hecho grabaciones en siete idiomas con la historia de
la Catedral Primada de América y el Convento de los Dominicos, que
sirven de guía a los turistas.
López Rodríguez refirió que durante
la época de la colonia el pirata británico Francis Drake ocupó y saqueó
la catedral, por lo que muchos objetos de valor se encuentran en el
Museo de Londres. “Inglaterra debe considerar devolver esas pertenencias
a la catedral”, enfatizó.
Asimismo, en Santo Domingo Norte, en el
distrito municipal La Victoria, está el Santuario de la Virgen
Schoenstatt, una advocación mariana cuya capilla originaria está en
Alemania, pero existen 180 réplicas en todo el mundo que son visitadas
por devotos de todas partes.
Representación
Santo Domingo también es sede regional de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (de los mormones), donde se encuentra el único templo de esa congregación en el Caribe.
Según explica
Rafael Gutiérrez, vocero de la institución, a diferencia de las
capillas, donde se realizan las celebraciones ordinarias, los templos no
se encuentran en todos los países y es necesario asistir a ellos para
algunas ceremonias sagradas de esa religión.
Refiere que la
mayoría de las visitas al templo son por matrimonio y bautismos
vicarios, es decir, los que se realizan en representación de los
antepasados que no pertenecieron a la iglesia, y sellamiento familiar,
que se realiza en base a la creencia de que el vínculo de padres e hijos
bautizados se mantiene aún después la muerte, por lo que se hace una
ceremonia para unir a las famias cuyos hijos han nacido fuera de la
iglesia. Estas ceremonias no se pueden realizar en las capillas, por lo
que los fieles tienen que ir a un templo.
La sede de Santo
Domingo, donde se concentra el 65% de la membrecía del Caribe, recibe
alrededor de 51,278 visitantes, de los que 17,096 llegan de los países
de la región en los que no se han edificado templos.
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