El turismo de Jarabacoa tiene tres aspectos: descanso, deportes extremos y actividades religiosas. Fuente externa.












JARABACOA. LA VEGA. En esta comunidad, situada en el corazón de la cordillera Central, se desarrolla desde hace una década un turismo inmobiliario que mueve alrededor de US$90 millones al año, por concepto de la compra o venta de los terrenos y la construcción de villas, hoteles y apartamentos.
El atractivo que encuentran los inversionistas no es otro que la  diversidad natural de esta zona que está ubicada a 530 metros sobre el nivel del mar; sus bajas temperaturas y todo un entorno que invita al retiro: sus árboles frondosos, los ríos, saltos de agua, escarpadas montañas… y la amabilidad de sus residentes.
Diversos sectores señalan que el turismo de montaña, religioso y de descanso se ha acentuado más mientras más proyectos se desarrollan porque solo así se puede contrarrestar la demanda existente.
“Todos quieren venir a Jarabacoa. Antes el problema era que no teníamos suficientes camas, hoy día, con la construcción de  varios proyectos, hemos dado paso a que la gente pueda comprar su vivienda y tenerla como segunda casa”, afirmó Anna Fernández, vicepresidenta de la   Asociación de Empresas Inmobiliarias de Jarabacoa (AEIJ).
El desarrollo inmobiliario ha generado un efecto cascada en otros sectores de la economía, expresó Fernández al destacar que “la banca está confiando en Jarabacoa  y lo que estamos viendo es que todos los sectores quieren tener presencia aquí. Si quieren invertir es porque están viendo el crecimiento y el entorno en forma organizada”.
Fernández  indica que en la actualidad se ejecutan tres  proyectos que estarán listos en poco tiempo.
La oferta. La comodidad de las villas va desde un área verde espectacular hasta el servicio de seguridad y electricidad las 24 horas. Todas cuentan con área social con restaurante, piscina, billar, área infantil, cancha de uso múltiple (tenis, voleibol, baloncesto) y estacionamiento para visitantes.
Muchas tienen sala con chimenea, comedor, cocina, tres habitaciones, dos baños y medio, dos terrazas y piscina con jacuzzi. A eso se unen las excelentes vistas panorámicas y que  hay posibilidades de practicar “rafting”, “canyoning”, “parasailing” o hacer una cabalgata, bañarse en las aguas de las cascadas y los ríos.
 Pero además hay  ranchos de cría de caballos, con una belleza que usted no se  podrá  imaginar.
Precios.  Normalmente  el alquiler de cualquier  villa ronda los US$300 por día  pero Fernández  aseguró  que el modelo de desarrollo turístico interno se basa en pequeños establecimientos de hospedaje, que se han complementado con hoteles de mediano tamaño   asequibles para  los  interesados. 
Si su deseo es comprar, el precio va de acuerdo a las exigencias que desee, pero  en la zona de Jarabacoa el precio de entrada anda cerca de los US$49,000.
Tanto las empresas que trabajan en bienes raíces como los mismos habitantes de la ciudad  y  propietarios de varios complejos insisten en señalar que   ese turismo inmobiliario  va bien y que, si hay algo  que conspira contra él, es quizás conseguir financiamiento. También la necesidad de agilizar los trámites para la aprobación de los permisos de construcción, que se resuelve con la voluntad del  Gobierno para hacer una ventanilla única para este tipo de inmuebles.
Por otro lado,  los interesados en este tema del área inmobiliaria aseguran que el crecimiento de la infraestructura turística no  ha dañado  el bosque precioso que rodea a la ciudad ni las montañas se han visto afectadas.
No todo es color de rosa.  Sin embargo, el presidente de la Cámara de Comercio de La Vega, Francisco Morillo Gómez,  consideró que  hay dos  puntos que afectan el crecimiento del turismo inmobiliario  si no se fortalecen , tal como son  la unidad de gestión ambiental y el interés   de las autoridades para la protección de las cuencas  hidrográficas.
Morillo apuntó que con la aplicación de ellos se soluciona el problema que tiene Medio Ambiente, institución con la que prevalece  el favoritismo.   “Si eres pobre tienes problemas, pero si eres rico puedes hacer todo lo que quieras”.
Advirtió que en varias faldas de las montañas los desaprensivos, porque tienen dinero, están dañando el entorno y  observó que para acabar con ese problema el Ministerio de Medio Ambiente debe tener un viceministro porque la ciudad sabe que su activo principal es el medio ambiente.
“Pero en sentido general la explosión de proyectos inmobiliarios en  Jarabacoa apuesta a un desarrollo eminentemente positivo en el turismo”, calificó.
Zona privilegiada. Enrique  de Marchena Kaluche, presidente de la Asociación de Hoteles del Caribe (CHA) y socio gerente de DMK Abogados-Central Law, piensa que pocas localidades  de la región del Caribe tienen la misma combinación de factores  que ofrece Jarabacoa a los inversionistas que quieren prosperar.
En ese sentido  aclara que, además, Jarabacoa ha sido señalada por el Gobierno de la República Dominicana como parte del polo al cual se le ofrecen incentivos financieros de impuestos especiales para que los negocios calificados inviertan en el área, algo  que los amantes del descanso han aprovechado al máximo,  comprando en Jarabacoa su segundo hogar.
El presidente de Altos de la Ribera, Luis Alfredo Cedeño, aseguró recientemente al presentar su proyecto que lo que realmente le enamoró de Jarabacoa es  el repunte que tiene en el mercado inmobiliario,  que sigue  creciendo al cien por ciento.
Asimismo, el presidente del Clúster Turístico de Jarabacoa,  Amós Martínez,  explicó  que se trabaja con el Clúster de Jarabacoa para que este  boom de la inmobiliaria tenga un buen respaldo de lugares donde se pueda comer fuera, diversión, seguridad y servicios básicos.
“Para eso estamos trabajando en la preparación de guías turísticos, haciendo un análisis de los restaurantes que tenemos y su calidad. Hay muchas cosas que estamos  haciendo porque nos estamos preparando como un eslabón para construir una gran cadena de todas las cosas  para lograr  ser  un pueblo con un turismo sostenido y con una economía sostenible”, argumentó Martínez.